La casa de los cubos
Ilustraciones de Kunio Kato
Escritor: Kenya Hirata
Editorial: Adriana Hidalgo
Buenos Aires, 2011
Nº de páginas: 48
Es muy común que un libro con una historia bien contada e interesante de pie para hacer una película. Lo menos habitual (aún) es que un “corto cinematográfico animado”inspire a la edición de un libro. Pues bien, éste es el caso del libro que hoy presentamos: La casa de los cubos, inspirado en La Maison en petits cubes, corto animado, que obtuvo Premio Oscar en el año 2009. Después de ese reconocimiento y, tal vez, por el gusto del libro como objeto, el ilustrador se dio a la tarea de adaptar su historia a otro formato y a otro público: el papel y los niños. Fue entonces que pidió ayuda al escritor Kenya Hirata y entre ambos crearon el proyecto (ahora) gráfico. El corto (el cual no contiene diálogos) no estaría pensado especialmente para niños; el libro, en cambio, está inserto en una colección infantil y por ser una propuesta de libro álbum estaría considerado para “lectores de todas las edades”. La técnica (acuarela), los colores, el trazo indefinido, las imágenes transparentes y borrosas y el tono de la temática, nos zambullen en un mundo nostálgico, onírico y extraordinario que invitan a dilucidar… Un libro que ofrece variados niveles de lectura.
La casa de los cubos es la historia de un abuelo viudo y solitario que vive en su pequeña casa sobre el mar. ¿Por qué la casa está sobre el mar? lo sabrá cada lector, la historia sólo evidencia que el nivel del agua sube progresivamente y cuando esto ocurre, el viejo construye otro piso sobre la casa anterior, formando así una gran torre de cubos, en cada mudanza traslada sus pertenencias y sus recuerdos van sumergiéndose cada vez más. Aunque un día es él quien se sumerge y recuerda, no sin añoranza, su vida pasada…Palabras y conceptos como nostalgia, reminiscencia, vestigios, pasado, amor, vida, recuerdos, ruinas, arqueología, rescatar, morir, recordar, soñar, escarbar, habitar, fin, nacimiento, reunión… vienen a la mente y el libro se despliega como un canto al amor eterno, a los recuerdos, a las raíces; o bien como una detracción a la soledad, al abandono, al olvido, al descuido de la naturaleza… Las lecturas son infinitas y cada lector será transportado a donde lo lleven sus referentes. (Por Paulina Ugarte Chelén)
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